miércoles, 9 de noviembre de 2011

Sobre las PDI

Salvador Llopis en Educacontic revisa con buen juicio unos cuantos mitos y leyendas acerca de estos misteriosos artefactos:

Leyendas urbanas sobre las PDI.

Artículo de muy recomendable lectura.

Resumo a continuación algunos de los puntos allí tratados, remitiendo, como siempre, al lector curioso e interesado a la fuente original de los datos.

He extraído una lista de once puntos, algunos de los cuales hemos escuchado de forma repetida como un edumantra 2.0, y que conviene matizar, precisar, desmitificar y/o tomar con bastante cautela porque o directamente no son verdad o lo son pero de una forma poco precisa y que fácilmente puede dar lugar a equívocos. 


  1. Da igual la tecnología, todas son iguales
  2. Es mejor una pizarra móvil que una fija (excluidas las portátiles)
  3. Ahorra trabajo. 
  4. Es fácil crear actividades
  5. Cuanto más profesionales son los contenidos mejor aprenderán los alumnos.
  6. Sirve igual para secundaria que para primaria. 
  7. Todo lo que se puede utilizar en un ordenador se puede utilizar en una PDI.
  8. Con la pizarra los alumnos aprenden más.
  9. La PDI motiva a los alumnos.
  10. Con una PDI el profesor sobra.
  11. Con una PDI ya soy un profesor 2.0.


Coincido con la idea general del texto en cuanto que somos los profesores los que podemos hacer algo atractivo o no, educativo o no, formativo o no. Aunque suene a frase hecha, el tema no es la tecnología sino el uso que podemos hacer de ella. Son el método, el sistema y la personalidad del profesor los que dotan de sentido a las herramientas tecnológicas y no al revés. No deberíamos olvidarlo y así no sentirnos acomplejados por nuestra supuesta ignorancia técnica, que nos puede llevar a aborrecer de toda tecnología más allá de la tiza, ni tampoco caer entusiasmados y seducidos por cada nueva aplicación que surge con ínfulas de ser la "definitiva", que nos puede conducir a un sinvivir constante probando y abandonando herramientas sin haberle sacado el jugo a ninguna. 
Un poco de tranquilidad y sentido común.

El otro punto interesante que tenemos que asumir es que manejar un cacharro de estos cuesta tiempo y esfuerzo. Hay que formarse, hay que experimentar, y eso requiere, inevitablemente, tiempo y esfuerzo. La tecnología nos puede aliviar de trabajo llegado a un cierto punto, pero mientras nos toque alcanzarlo, más vale no impacientarse, admitir que esto es una carrera de media (o larga) distancia y actuar en consecuencia. Lo importante, a mi juicio, es comenzar y no pararse, no desanimarse por los errores (que necesariamente los habrá, los tiene que haber), y continuar. Hablar, comentar, compartir experiencias con otros colegas, con los propios alumnos, son, me parece, buenas recetas para aprender para poder enseñar después.

En fin, todo esto, en mi humilde opinión, claro.  


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